Todo empezó cuando entré en la peluquería.
Encontré a dos perritos juguetones.
Nada más entrar se me echaron encima y empezaron a lamerme, sus nombres
eran Toba y Tom. Toba era el más mayor. Era serio, mientras que Tom era un juguetón. Pasaron los días y fui visitando la peluquería y cada vez me reconocían más y más.
Siempre que iba a algún sitio iba a visitarles. Pero la mala noticia llegó: Toba murió por vejez. Tenía 13 años. La tristeza llenaba el ambiente, pero al paso de los días olvidamos aquel trágico hecho.
Los días siguientes visitaba a Tom y a sus dueños, que se alegraban de verme cada vez que les venía a visitar. Sobre todo Tom. Le encantaba que le rascaran y que jugaran con él.
Todavía sigo visitándolo y deseo con muchas ganas estos días de fiesta para ver a Tom.
Mohamed Benguitoun
6º Primaria. CRA Orba, Muel
12 años
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