¡Hola! Soy un perro llamado Tomy. Vivo con mi hermana Blanca y mi dueño Luis en una bonita y enorme casa de campo. Ahora somos muy felices, pero hace unos años nos ocurrió algo que cambió nuestras vidas. Os lo voy a contar.
Blanca y yo solíamos romperle muchas cosas a Luis y también nos escapábamos de casa a menudo, aunque siempre volvíamos. Uno de esos días nos escapamos para ir al parque y Luis nos quiso dar una lección: para que nos asustáramos nos dejó la puerta de casa cerrada y tuvimos que dormir en el parque.
Cuando despertamos al día siguiente estábamos en una furgoneta y no sabíamos dónde íbamos. ¡Nos habían secuestrado! Intentamos escapar pero no pudimos, y después de mucho rato en la furgoneta, por fin paramos. Al principio no sabíamos dónde estábamos, pero luego leímos un cartel que ponía “México”.
A mi hermana y a mí nos habían robado nuestros collares porque eran de diamantes y nos metieron en unas jaulas donde había perros muy grandes y fuertes. De vez en cuando se llevaban algunos perros y no volvían nunca, y otros volvían llenos de heridas.
Después de un tiempo, nos tocó luchar a mi hermana y a mí con otros perros. Nosotros éramos perros muy fuertes y siempre ganábamos, pero era espantoso tener que luchar.
Un día decidieron que tenía que luchar contra mi hermana, pero yo no quería. Nos sacaron al ring, nos miramos y miramos a las gradas. ¡Allí estaba nuestro dueño Luis! Intentó saltar al ring pero no pudo, entonces vio otra salida y nos salvó haciéndose pasar por un secuestrador. Conseguimos escapar, pero los secuestradores nos siguieron hasta nuestro apartamento, se escondieron y cuando se fue Luis de los secuestradores intentaron entrar, pero no pudieron.
Cuando volvió Luis, aún estaban intentando entrar a casa, les dio una patada y salieron disparados de casa. Mi hermana y yo le prometimos que no nos volveríamos a escapar nunca más.
Volvimos a nuestra casa, pero al día siguiente nos volvimos a escapar y casi nos vuelven a secuestrar, pero conseguimos huir. Luis, mi hermana y yo nos echemos a reír. Nunca más volvimos a ver a los secuestradores, y nunca paramos de romperle cosas a Luis, aunque nunca más nos escapamos de casa.
Pilar Ibáñez Bartolomé
4º Primaria. CRA Las Viñas (Bureta).
9 años